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martes, 23 de noviembre de 2010

Lenguaje musical (D)

Dos amigos, músicos ambos, toman café en un bar:
Músico 1: Me he enamorado, Manuel.
Músico 2: Que ¿qué?
Músico 1: ¡Qué me he enamorado, tío!
Músico 2: ¡Ah!..... ¿Y de quién te has enamorado?
Músico 1: De una chica.
Músico2: Que susto..... pensaba que te habías enamorado de un avestruz.
Músico 1: ¿Qué?
Músico 2: Tío, que ya me había imaginado que te habías enamorado de una chica, pero ¿quién es ella? ¿cómo se llama? ¿dónde la conociste? ¿a qué dedica su tiempo libre?
Músico 1: No sé, no sé, no sé y tampoco lo sé.
Músico 2: Guay, guay, guay y guay también.
Músico 1: No, de verdad, no sé nada de ella.
Músico 2: A eso le llamo yo una buena base para el enamoramiento.
Músico 1: Lo único que sé es que cada mañana desayuna en este bar.
Músico 2: Bueno, eso está bien... Si tiene la costumbre de desayunar quiere decir que no es un androide.
Músico 1: Deja de decir tonterías, ¡que esto es serio!
Músico 2: Vale, en mi agenda-pentagrama pondré cuatro silencios en el día de hoy para escucharte. Habla, pues.
Músico 1: La veo cada mañana... tan bella... tan dulce... tan sensible... tan vulnerable... La miro y su sensibilidad me atraviesa la piel y me llega al corazón...
En ese momento la chica entra en el bar:
Músico 1: No mires... que acaba de entrar.
El amigo – como siempre que nos dicen que no miremos – se gira y mira:
Músico 2: La chica de la que te has enamorado... ¿es aquella rubia?
Músico 1: Sí, ¿no es encantadora? ¿No te llena de sensibilidad su luz?
Músico 2: ¿Te has enamorado de Carmen?
Músico 1: ¡Carmen! ¿La conoces?
Músico 2: Pues sí... Y, así entre nosotros, te diría que esa chica tiene la sensibilidad en el “Mi sostenido”.
El músico 1 mira al amigo con cara de incredulidad:
Músico 1: Oye... el mi sostenido no existe.
Músico 2: Sí, ya lo sé, recuerda que yo también soy músico... y te lo digo exactamente por eso, porque no existe pero, si existiera... sería más o menos: mi-mi-mi-para mí-para mí-para mí (bis).

Nota: Hoy, 29 de noviembre de 2010, un amigo músico que se llama Julio, me ha dicho que en algunas partituras aparece el "Mi sostenido", que en realidad es "Fa"..... En fin, ¡son cosas que pasan!
Si estuviera escribiendo en catalán podría cambiar el final:

Músic 1: Escolta... el MI sostingut és FA.
                Oye... el MI sostenido es FA.
Músic 2: Sí, si FA o no FA, és això el que et vull dir.
                Sí, más o menos (si hace o no hace), es eso lo que te quiero decir.
Músic 1: Què em vols dir?
                ¿Qué me quieres decir?
Músic 2: Doncs, que aquesta noia no FA res, però tot acaba sent per-a-MI, per-a-MI, per-a MI.
                Pues, que esta chica no hace nada, pero todo acaba siendo para-MI,
                para-MI, para-MI.


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