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viernes, 19 de noviembre de 2010

El dragón y la no-princesa (C)

Dragón: Ahora solo falta esperar.
Mujer: Esperar ¿qué?
Dragón: Que llegue el día de Sant Jordi.
Mujer: ¿Qué pasa el día de Sant Jordi?
Dragón: Venga mujer, que ya lo sabes, el 23 de abril es el día que vendrá a rescatarte el príncipe.
La mujer mira al dragón con sorpresa.
Mujer: Pero yo no soy una princesa.
Dragón: ¿Qué quieres decir? – preguntó el dragón confundido.
Mujer: Pues eso, que no soy una princesa..... ningún príncipe vendrá a rescatarme.
El dragón dirigió una pequeña llama hacia la chimenea. Miró a la mujer: ¿No era una princesa?
Dragón: Faltan dos días para el rescate, esta noche empieza la gran fiesta. Tenemos que ir todos al Gran Castillo..... cada dragón con su princesa, y yo tengo una mujer que dice que no es una princesa..... ¿Qué voy a hacer?
Mujer: Si quieres yo me puedo hacer pasar por princesa para la fiesta..... pero piensa que después ningún príncipe vendrá a rescatarme: ¿Qué harás conmigo, entonces?
Dragón: Bien, cada cosa en su momento. Primero solucionemos el problema de la fiesta.
Mujer: No sé si me tendría que fiar de ti..... ¿Y si después de la fiesta decides que la solución más rápida es comerme?
Dragón: ¡Ey! Que soy un dragón, no un monstruo sin compasión.
Y se lo creyó..... Y después de la fiesta, mientras dormía, ¡el dragón se la comió!

No, no se la comió..... en realidad fue un monstruo sin compasión quien se comió a los dos.
No, eso tampoco podía pasar, porque esa noche todos los monstruos sin compasión tenían pagado un crucero por el Mediterráneo (cortesía del Departamento de Cultura y Tradiciones de la Generalitat, en colaboración con Viajes Barceló).
Digamos que, como cada año, la fiesta fue alegre y divertida: Los dragones se mostraban contentos con las princesas que habían secuestrado; las princesas hablaban de los príncipes que las rescatarían..... después se casarían (tanto sí como no, se casarían), vivirían en un palacio, tendrían hijos.....
Un dragón derrotado, un príncipe valiente y una princesa agradecida..... ¿Qué más querían?..... Vivirían de rentas:
·        La herencia del príncipe heredero
·        La dote de la princesa
·        El amor y la felicidad..... ¿amor?..... ¿felicidad?..... Bien, si era necesario, también podían vivir de rentas en este sentido: Porque un día estuvieron enamorados, porque un día fueron felices, porque un día la rescató, porque un día.....
La no-princesa no habló mucho, escuchaba.
Ella sabía que no quería vivir de rentas. Para ella eso del amor era una cosa del día a día..... una renovación constante..... una no-cotidianidad con la misma persona..... ¡Estaba contenta de no ser una princesa!
Después de la fiesta, se sentaron delante de la chimenea y el dragón explicó a la princesa pequeñas historias que habían pasado en años anteriores:
Dragón: Hace unos años, en la Asamblea General de Dragones de Sant Jordi, se decidió modernizar un poco la tradición, es decir, adaptarla a la actualidad. Se decidió que:
1.     Dos príncipes serían secuestrados por dragones.
2.     Un dragón saldría victorioso del enfrentamiento con un príncipe.
Como resultado de estos cambios, un príncipe fue rescatado por una princesa..... pero no lo quiso reconocer nunca. La historia tuvo tan mala prensa (el príncipe salió en todos los programas de televisión, explicando toda clase de cosas sobre la princesa y su familia) que finalmente la princesa acabó mintiendo y  reconociendo que, en realidad, había sido el príncipe quien la había rescatado a ella.....
El segundo príncipe fue rescatado por otro príncipe. Llegaron al Palacio Real, contentos, victoriosos, esperando una gran bienvenida..... pero el rey mandó que los encerraran en un armario (nunca más se supo nada del pequeño incidente).
De la presión social que tuvo que aguantar el dragón que salió victorioso, mejor no hablar..... ¡Es una historia bastante deprimente!
Así, en la Asamblea del año siguiente, se decidió que era mejor seguir con la tradición tal y como se conocía..... Pero el año pasado un dragón y una princesa se enamoraron..... Y este año yo he secuestrado a una no-princesa..... Los tiempos cambian, pero parece que tenemos que seguir manteniendo las mismas tradiciones (así nos va.....).
Cuando acabó de explicar las historias miró a la princesa, que estaba estirada en el sofá con los ojos cerrados:
Dragón: ¿Qué duermes?
Mujer: No, te escuchaba... y disfrutaba de la temperatura del fuego..... Pensaba en la princesa que se enamoró del dragón.
Dragón: ¿Y tú? ¿Nunca has querido vivir una historia de cuento? ¿Nunca le has dado un beso a un sapo?
Mujer: No..... una vez conocí un..... bien, podría decir que era una especie de sapo con piernas..... paseaba por las pequeñas calles de mi pueblo, sin rumbo, sin prisa.....
Dragón: ¿Y?
Mujer: Y nos hicimos amigos.....
Dragón: ¿Y qué pasó?
Mujer: Nada.....
Dragón: ¿Nada?
Mujer: .....Finalmente apareció una princesa y le dio un beso..... Supongo que, al ser besado, dejó de ser sapo.....
Dragón: Y tanto sí como no, se casaron ¿no?
Mujer: No..... no fue exactamente así. No sé si se casaron..... pero se enamoraron..... aunque en verdad ya hacía mucho tiempo que estaban enamorados.....
Dragón: Así, ahora, esa especie de sapo es feliz ¿no?
Mujer: Sí, y estoy contenta de eso.
Dragón: ¿Pero?
Mujer: Pero lo echo de menos como amigo.....
Dragón: Mujer, que esté enamorado de la princesa no quiere decir que ya no seáis amigos.
Mujer: No lo sé..... me gustaría que tuvieras razón.
Dragón: Ya verás como seguro que tengo razón..... Pero, de todas formas, si necesitas un dragón para algo..... No sé, para secuestrar a una princesa, o algo así.....
Rieron.
Mujer: Gracias por el ofrecimiento, pero cuando se es una no-princesa, el dragón, el príncipe y la princesa son la misma persona,
Dragón: ¿Qué quieres decir?
Mujer: Pues, que soy yo la que, con conocimiento de causa, escoge lo que quiero y no quiero hacer, soy yo la que decide si una cosa la quiere tirar adelante o no..... Una vez escogido puede ser que no salga bien, en este caso he resultado ser mi dragón (me he secuestrado a mí misma). Después viene el rescate..... La única persona que realmente me puede salvar soy yo misma, es decir, mi príncipe sólo puedo ser yo..... Es cierto que puedo pedir ayuda, nada ni nadie me lo impide, pero primero la tengo que pedir y, después, tengo que estar allí para recibirla.
Dragón: Pero, entonces, ¡acabas luchando tú contigo!
Mujer: Y no sólo eso, sino que acabo luchando yo conmigo para salvarme a mí.
Dragón: Pero así, ¡siempre ganas!..... ¿O siempre pierdes?..... no lo sé.....
Mujer: Eso también depende de ti..... si se quiere ganar siempre se gana y, del mismo modo, cuando se quiere perder siempre se pierde.
Dragón: ¿Estás segura de eso?
Mujer: Sí, es así si lo que buscas es la felicidad..... Hay cosas que te pueden hacer muy feliz, mi amigo.....
Sonrió. Se miró las manos y sus pensamientos fueron tras los recuerdos.
Pasado unos minutos el dragón rompió el silencio:
Dragón: Tu amigo ¿qué?
Mujer: .....Quiero decir que las felicidad se tiene que buscar en las cosas que tenemos..... Es cierto que tenemos que luchar por aquello que queremos, por aquello que nos hace feliz, pero también tienes que saber retirarte cuando te tienes que retirar..... Es decir, es importante saber respetar las decisiones de los otros..... Si en una relación de amigos una de las partes no quiere seguir con esa amistad.....
Miraron el fuego en silencio.
De madrugada empezaron las primeras luchas entre dragones y príncipes.
Dragón: Puedes irte cuando quieras..... ahora nadie se dará cuenta.
Mujer: ¡Gracias! ¡Ha sido un placer ser tu no-princesa!
Dragón: Sí, para mí también ha sido un placer ser tu dragón.
Mujer: Me gustaría darte un beso.
Dragón: Yo te quería regalar un libro y una rosa..... pero no tengo ningún libro, porque cuando un libro me gusta mucho me emociono y me salen pequeñas llamas..... siempre se acaba quemando, ¡lo siento!
Ella le dio el beso y el dragón le dio la rosa.
Dragón: ¡Nos vemos!
Mujer: Cuando quieras.....

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