No podía
dejar de pensar en el perro..... Finalmente pensó que lo mejor sería volver
para preguntarle por qué le había dicho que marchara. Se dijo: “Si vuelvo a entrar por la puerta que he
salido, es decir, por la número 2, lo encontraré enseguida.”
Caminó
despacio, abrió la puerta y cruzó el umbral con decisión..... Pero, cuando se
le adaptó la vista, se dio cuenta que no estaba en el bosque..... Miró hacia la
sala: ¡Había desaparecido!..... sólo podía ir hacia delante.
Recordó
las palabras que la bruja le había dicho al perro: “Lo que hay detrás de cada puerta es diferente para cada persona..... y
es diferente en cada momento”.
Miró a su
alrededor y se estremeció al comprobar que no había nada..... estaba rodeado de
nada:
No
había luz..... ni oscuridad.
No
había silencio..... ni murmullos..... ni ruido.
No
había un lugar para sentarse..... ni un lugar para estar de pie.
No
había suciedad..... ni limpieza.
No
hacía frío..... ni calor.
No
había aire..... ni respiración.
No
había delante..... ni detrás.
No
había amor..... ni indiferencia..... ni odio.
No
había vacío..... ni plenitud.
No
había alegría..... ni tristeza.
No
había felicidad..... ni infelicidad.
No
había pasión..... ni compasión.
No había palabras..... pero podía
pensar.....
Se
sorprendió al darse cuenta que podía pensar. Caminó..... aunque en realidad no
estaba caminando, porque no había camino..... porque ni avanzaba ni se
retrasaba.
Iba
pensando..... si no había nada quizás es que no estaba en ningún sitio.....
pero podía pensar, incluso, podía recordar. Recordó la frase de aquel pensador:
“Pienso, luego existo”..... Recordó
cuando era estudiante..... “Pienso, luego
existo”..... Recordó que alguna vez había pensado que quería
no-existir..... pero podía pensar que quería no existir y, por tanto,
existía.....
De pronto
notó una presencia..... había alguna cosa, en medio de la nada, había algo. Se
giró y lo vio..... aquello le resultaba extremadamente familiar, aunque no
podía decir qué era..... o quién era.....
Sin saber
estar seguro de por qué lo hacía, preguntó: “¿Qué
haces aquí?”..... Aquello (aquella cosa o aquella persona) lo miró con una
sonrisa irónica..... y el hombre volvió a preguntar:
Hombre: ¿Qué
haces aquí?
Aquello: Sigo el
camino.
Hombre: ¡No hay
ningún camino!
Aquello: Sigo tu
camino.
El hombre
miró hacia el suelo, es decir, miró hacia sus pies, porque en realidad no había
suelo, y vio un camino que acababa justo donde él estaba:
Hombre: Antes
no había este camino, ¿de dónde ha salido?
Aquello: Lo
haces tú.
Hombre: ¿Yo?
¿Dónde estoy?
Aquello: ¿Dónde
crees que estás?..... ¿Dónde querías ir?
Hombre: Quería
ir al bosque, a ver al perro..... pero esto no es el bosque.
Aquello: Quizás
sí o quizás no..... al fin y al cabo, querías ir al pasado..... y es a donde
has llegado.
Hombre: ¿El
pasado?..... ¡Pero si no hay nada!
Aquello: ¡Claro!
Porque el pasado no existe.
Hombre: ¡No
digas chorradas! Claro que existe el pasado..... ¡Yo lo he vivido!
Aquello:
¡Exacto! Tú lo has vivido, no lo vives ahora..... Ha existido, pero no existe.
Hombre: Pero
sin el pasado no existiría el presente.
Aquello: Tienes
razón..... incluso para un recién nacido el presente existe porque ha habido un
pasado.
Hombre: Te
refieres a su pasado como célula, ¿no?
Aquello: Bien,
es cierto que tiene un pasado como célula pero, además, el pasado de sus padres
forma parte de su pasado, porque sin aquel pasado el bebé no existiría. Por
otro lado, el pasado celular del neonato forma parte del pasado de sus
padres..... Es decir, tu pasado forma parte del pasado de otras personas y, de
la misma manera, el pasado de otras personas forma parte de tu pasado.....
Hombre: Por un
lado me estás diciendo que el pasado no existe..... y, por otro lado, me estás
diciendo que el pasado es algo tan importante que entreteje un enlace entre
toda la humanidad.
Aquello: ¡Muy
bien! Veo que me sigues. Ahora vayamos un poco más allá: La cosa más.....
digamos tangible – por ponerle un nombre – que nos queda del pasado son los
recuerdos, pero estos no son mas que las interpretaciones personales que cada
uno hace del hecho real (un mismo hecho es explicado de maneras muy diferentes
por las personas que lo han vivido, a veces, incluso, las versiones son
totalmente opuestas).....
Hombre: Sí,
pero sea la que sea, lo cierto es que la versión existe.
Aquello: Existe
el recuerdo de la versión, pero el hecho ya no está..... Nadie, diga lo que
diga o haga lo que haga, puede cambiar el hecho, o la manera como lo has
vivido..... Y no se puede cambiar porque no existe: Ha existido, pero no
existe.
Hombre: Pero
¿qué me dices de este camino? Este camino existe, está dentro del pasado pero
existe ahora.
Aquello: ¡Mira
que listo! Esa observación está muy bien. Veamos, este camino existe ahora,
vale, pero recuerda que cuando llegaste no existía.
Hombre: “Cundo llegué”, forma parte del pasado,
yo te hablo de ahora, del presente: Este camino existe ahora..... y está dentro
de mi pasado.
Aquello: Veo que
eres muy rápido, pero escúchame un momento: Cuando llegaste el camino no
estaba, entonces te diste cuenta que podías pensar y empezaste a recordar
cosas..... es decir, recordaste y , por tanto, creaste un enlace entre el
pasado y el presente:
Cogiste un
recuerdo del pasado y lo trajiste al presente. Recordaste la frase aquella de “pienso, luego existo”, después
recordaste que alguna vez habías pensado que querías no-existir..... Entonces
apareció el camino, porque el pasado no se puede cambiar, pero las experiencias
vividas y los aprendizajes que se desprenden de ellas – así como las
experiencias no-vividas y sus consecuentes no-aprendizajes – pueden enriquecer
nuestro presente.
Hombre:
Entiendo eso de las experiencias vividas y los aprendizajes pero ¿cómo pueden
las experiencias no-vividas y los no-aprendizajes enriquecer nuestro presente?
Aquello: Porque
no haberlas experimentado te da la oportunidad de experimentarlas, es decir, te
da la oportunidad de realizar nuevas experiencias (sensaciones, emociones,
pensamientos, acciones) y, por tanto, de adquirir nuevos aprendizajes..... ¿No
es esta la mejor manera de enriquecer el presente?
Hombre:
¿Quieres decir que lo que hemos o no hemos hecho no tiene ninguna importancia?
Aquello: Quiero
decir que el pasado no se puede cambiar: Puedes cambiar tu presente; puedes
trasladar al presente todos los aprendizajes del pasado, pero no puedes
trasladar el pasado..... Puedes realizar en el presente todo aquello que ahora
piensas que te habría ido bien hacer en el pasado, pero nada de eso cambiará el
pasado, porque no existe.....
Hombre: Creo
que no has contestado mi pregunta: ¿Quieres decir que lo que hemos o no hemos
hecho no tiene ninguna importancia?
Aquello: Quiero
decir que tiene la importancia que tú le des..... Te guste o te arrepientas de
tu pasado, no lo puedes cambiar..... Puedes cambiar el presente, puedes
intentar evitar que se den circunstancias parecidas a las del pasado, y eso
incidirá sobre el presente de otras personas, pero sólo hasta donde esas
personas quieran ser incididas..... porque el presente es un tiempo individual
que crece, o se desarrolla, dentro de la colectividad.
Hombre: Esa
última frase.....
Aquello: Sí,
esta última frase todavía la tengo que pulir un poco..... es que me ha salido
así..... son las cosas del presente: ¡Siempre es en directo!
A ver, en tu caso concreto, por ejemplo: Tú querías
volver a ver al perro para preguntarle por qué te había dicho que marcharas,
¿no? Pues bien, lo que el perro te contestase tendría la importancia que tú le
quisieras dar, porque en realidad no fueron las palabras ni las intenciones o
motivos del perro lo que afectó a tu presente sino tu decisión de marchar.....
independientemente de lo que dijo el perro, tú te fuiste y eso tuvo unas
consecuencias. Si te hubieses quedado – sin cambiar ni una sola palabra de las
que dijo el perro – tu presente habría sido diferente.
Ahora bien, si hubieses vuelto a ver al perro, le
hubieses preguntado y él te hubiese contestado: ¿eso habría cambiado tu
pasado?..... ¡No! La respuesta no habría hecho otra cosa que, quizás, cambiar
tu estado de ánimo presente, dependiendo de sus razones te pondrías más
contento o más triste, pero eso no cambiaría el hecho de que te fuiste.
Hombre: El
pasado ha pasado..... haga lo que haga o diga lo diga, no se puede cambiar. Así
pues, lo único que puedo hacer es pensar si me gusta mi presente o si quiero
hacer algún cambio.....
Al decir
estas palabras se dio cuenta que estaba en la sala de las puertas, sentado en
el suelo con las piernas cruzadas.
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