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miércoles, 2 de marzo de 2011

Carnaval (H/P)

Helena: ¡Ey! ¿Qué haces aquí?
Posa’tBé: Pues mira, que como tú estuviste en mi espacio la semana pasada, he pensado que hoy podía estar yo en la tuyo.
Helena: ¡Ah! ¡Qué interesante!..... ¿Y tienes alguna propuesta?
Posa’tBé: Es posible.....
Helena: Va, suéltala.
Posa’tBé: No sé..... ¿Tú ya sabes que historia explicarás?
Helena: Más o menos..... Pero va, ¿qué me querías proponer?
Posa’tBé: Bueno, más que una propuesta es una sugerencia-reflexiva sobre los disfraces de carnaval..... o una duda-filosófica sobre el tema..... o.....
Helena: Va, no te enrolles, coleguilla.
Posa’tBé: ¿Hago la pregunta?
Helena: Síiii.....
Posa’tBé: A ver, a mí eso de pensar en un disfraz me parece muy complicado..... La cosa es que no sé de qué me tengo que disfrazar:
·        ¿De algo que puedo ser?
·        ¿De lo que quiero ser pero no me dejan?
·        ¿De algo que me da miedo?
·        ¿De algo que me hace reír?
·        ¿Buscar la estética: belleza o fealdad?
·        ¿Un estilo divertido?..... ¿el simple deseo de pasarlo bien?

Helena: Complicadillo tú, ¿eh?..... Mira, lo importante del carnaval es pasarlo bien y, por tanto, lo importante del disfraz es que te lo pases bien disfrazándote..... ¡y ya está!, no hay que darle más vueltas. Así que ahora voy a explicar la historia que había pensado para hoy ¿Ok?
Hace tiempo, conocí a una pareja de aquellas que llaman la atención por lo diferente que son el uno del otro, él era un muermo y ella una chica alegre i desinhibida. Por carnaval él se disfrazó de enterrador o trabajador de una funeraria y ella de prostituta.....
La muchacha encajaba tan bien en su disfraz, que los chicos se le acercaban con proposiciones deshonestas.....
El muchacho encajaba tan bien en su disfraz que, cada vez que un chico se acercaba a ella, él sacaba el metro y empezaba a apuntar las medidas del provocador mientras le preguntaba: “¿Qué tipo de madera prefiere para la caja?, consiguiendo que éste se alejara con muy mal rollo.
En algún momento de la noche, se acercó un chico – de aquellos que sólo se presentan una vez en la vida..... o ninguna – que resultó no ser nada supersticioso..... y la chica..... vaya, que encajaba tan bien en su disfraz.....
Al año siguiente, la muchacha volvió a disfrazarse de prostituta..... y el muchacho se disfrazó de cura..... Vaya, que cambió el “más allá” por el “más acá” y el “metro” por las “hostias”.....
Se lo pasaban tan bien disfrazándose.....
Helena y B. Posa’tBé

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