(A mis hijos, Anna y Jan, que desde que nacieron han
estado delante y detrás de cada puerta que he cruzado)
Estaba en
su casa..... en su cama.....
El sol
entraba por las rendijas de la persiana..... Sabía que detrás de la ventana
estaba el mar..... sentía su presencia.
Pensaba
en el laberinto: Había sido una
experiencia muy extraña.....
.....Más
tarde, caminando por la orilla del mar, se dio cuenta que había recorrido todo
el laberinto y no había conocido a la bruja..... ¿Realmente existía?
.....Caminaba
por la orilla del mar, entonces alguien dijo: “¿Estás seguro de que no has conocido a la bruja?”..... Miró a su
alrededor y no vio a nadie, pero volvió a escuchar la voz: “¿Seguro que no la has conocido?”..... La oía tan clara y cercana
que parecía que saliera de él mismo.....
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