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¿Cómo había llegado al laberinto? ¿Llegaría a conocer a la bruja? ¿Realmente tenía esperanzas? ¿Qué hacía toda aquella gente dentro del laberinto? ¿Qué hacía él dentro del laberinto? ¿Por qué era él el único que no conocía a la bruja?
¿Cómo había llegado al laberinto? ¿Llegaría a conocer a la bruja? ¿Realmente tenía esperanzas? ¿Qué hacía toda aquella gente dentro del laberinto? ¿Qué hacía él dentro del laberinto? ¿Por qué era él el único que no conocía a la bruja?
Con los
ojos cerrados iba haciéndose preguntas. Escuchó unos pasos, abrió los ojos y
vio a un hombre que le faltaba una mano:
Hombre: Usted
debe ser el leñador, ¿no?
Leñador: Sí.....
¿Nos conocemos?
Hombre: No
exactamente..... pero conozco a su perro.
Leñador: Pues
ahora lo estaba buscando: ¿Lo ha visto?
Hombre: Estuve
con él esta mañana..... Me dijo que volvía con usted.
Leñador: ¿Le ha
dicho eso mi perro?
Hombre: Sí.....
¿Qué no vuelve?
Leñador: Sí, de
hecho he venido a buscarlo..... Lo que me extraña es que se lo haya dicho.....
es un perro..... y los perros no hablan.
.....¡Eso
sí que había sido un jarro de agua fría!..... ¡de agua helada!..... Él ya sabía
que los perros no hablaban..... pero había hablado con aquel: ¿Se había vuelto
loco?.....
Hombre: Sí, ya
sé que los perros no hablan..... pero en este laberinto es todo tan extraño.
Leñador: ¿Qué
laberinto?
Hombre: Este
laberinto..... el laberinto de la bruja.
Leñador: ¿Qué
bruja?
Se
miraron en silencio durante un rato. Esa sí que era una situación incómoda.....
El
silencio empezaba a ser insoportable..... entonces, ladró un perro:
Leñador: ¡Ahí
está!
El perro
se acercó a los dos hombres. Cuando el leñador empezó a acariciarlo, el perro
no habló.....
Leñador y
perro marcharon..... pero antes de salir de la sala, el perro se giró y guiñó
un ojo..... el hombre intentó sonreír.....
¿Qué estaba pasando? El leñador afirmaba que el perro no
hablaba..... pero si el perro no le había hablado: ¿Cómo sabía él que al
leñador le faltaba una mano?.....
Se
encontraba inmerso en sus pensamientos cuando un huevo colisionó contra la
puerta número 3. Al ver la clara y la yema resbalando por la puerta le vino a
la cabeza la imagen de un reloj de Dalí: “¿La
inspiración de Dalí había sido un huevo roto sobre una superficie
vertical?”.....
Un
reloj..... ¡Quizás había llegado la hora de cruzar la puerta número 3!
Al entrar
a la habitación contigua, se encontró rodeado por un montón de pompas de
jabón..... Al mirar hacia arriba vio a un chico dentro de una pompa, un chico
que – desde dentro de su pompa – hacía pompas con un “pompero”.
Al ver al
hombre, el muchacho dijo:
Pompador: Te veo
un poco abatido.
Hombre: La
verdad es que me encuentro un poco chafadillo.....
Pompador: ¿Por la
conversación que has tenido con el leñador?
Hombre: Sí.....
¿Cómo sabes lo de la conversación?
Pompador: Eso es
igual..... ¿Qué es exactamente lo que te ha afectado tanto?
Hombre: No lo
sé.....
Pompador: ¿Estás
seguro de que no lo sabes?
Hombre:
Bueno..... supongo que es un poco por todo.....
Pompador: ¿Por
todo?
Hombre: Quiero
decir..... ¿Me he vuelto loco?
Pompador: ¡Vaya,
hombre!..... o sea, que tú has ido haciendo, has ido buscando los medios
(palabras, hechos, acciones, razonamientos.....) para salir de las diferentes
situaciones, has conocido gente, has hecho amigos..... y, de buenas a primeras,
aparece alguien que no ve las cosas como tú, y te planteas si estás loco.....
¡Caray! Eso que te ha dicho una sola persona hace que se tambalee todo tu
mundo.....
Hombre: No
sé..... es que, realmente..... los perros no hablan.
Pompador: ¡Ah!
¡Es eso!..... Es que tú tampoco tienes demasiado claro si, realmente, está
pasando eso que está pasando, ¿no?
Hombre: Sí.....
bueno, no sé..... me gusta..... pero es todo tan extraño..... tan nuevo, tan
diferente.....
Pompador: A ver,
tranquilo. Antes de que el huevo chocara contra la puerta ¿qué estabas
pensando?
Hombre: Que si
el perro no hablaba ¿cómo sabía yo que al leñador le faltaba una mano?
Pompador:
¡Exacto!
Hombre: Exacto
¿qué?
Pompador: ¿Qué
cómo lo sabías?: Si no conocías al leñador y el perro no te lo había dicho,
¿cómo lo sabías?
Hombre: Es
posible que éste sea uno de esos momentos en los que toca pensar en las
palabras de la bruja..... ¿Pero en cuáles?
Pompador: Quizás
en aquellas que dicen: “La relación con
aquello que encuentras depende de tus propias vivencias.”
El hombre
pensó durante unos minutos..... finalmente dijo:
Hombre: Creo
que lo tengo más o menos claro..... aunque no sé si lo sabré explicar.
Pompador:
¡Inténtalo!
Hombre: A
ver..... Supongo que la relación entre el perro y el leñador es una relación
extra-laberinto, es decir, ellos tienen – o han vivido – una relación de
hombre/perro (un hombre que habla y un perro que ladra..... el leñador ni
siquiera sabe que el perro antes era su mano)..... Pero yo conocí al perro
dentro del laberinto, es decir, nos conocimos después de la noche de San Juan,
después de mi entrada en el laberinto (que todavía no sé como se produjo).....
La realidad es que el perro y yo hemos tenido vivencias diferentes a la del
leñador y, por tanto, la relación entre nosotros es diferente a la relación
entre ellos..... No sé si me has entendido.....
Pompador: Eso
está bastante bien..... Si tú te entiendes, ya es suficiente.
Hombre: Más o
menos..... Y hablando de otra cosa: ¿Qué haces dentro de una pompa de jabón?
Pompador: ¡Yo no
estoy dentro de una pompa!
.....¿Otro jarro de agua fría?
Pompador: ¡Ey,
ey! Tranquilo..... No pasa nada..... ¿Soy yo el que está dentro de una pompa o,
por el contrario, eres tú el que está fuera de la pompa?
Hombre: ¿Fue
primero el huevo o la gallina?
Pompador: Quizás
Dalí sabía la respuesta..... y, quizás, la bruja también.....
La pompa
de jabón, con el pompador dentro, se fue hacia arriba..... El hombre volvió a
la sala de las puertas.
Sentado
en el suelo con las piernas cruzadas, miró la puerta número 7, la puerta
abierta.....