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lunes, 31 de enero de 2011

El laberinto (9)

Hombre: ¿Cuál era la sorpresa?

Carla: Pensé que si ponía debajo de la almohada la dentadura postiza de mi abuelo el ratoncito nos traería muchas cosas..... Una noche, mientras él dormía, cogí la dentadura y la puse debajo de la almohada..... Por la mañana había muchos regalos..... pero no estaba la dentadura y el abuelo se enfadó..... me regañó.
Hombre: Pero no lo entiendo..... eso del ratoncito.....
Carla: Sí, ya sé que el ratoncito no existe, pero entonces no lo sabía..... Mi abuelo estuvo mucho tiempo sin sus dientes..... Yo sufría cada vez que lo veía comer así..... aunque él no volvió a hablar del tema..... parecía que lo había olvidado..... Un día abrí un cajón y encontré la dentadura..... me enfadé mucho con el abuelo..... me riñó por una cosa que no había pasado, el ratoncito no se había llevado su dentadura..... ¡Me enfadé mucho! Había sufrido día tras día.....
Hombre: ¿Qué te dijo tu abuelo?
Carla: ¿Que qué me dijo?..... Me preguntó que por qué no le había dicho que sufría..... Me cogió la mano – siempre me cogía la mano cuando teníamos que tratar un tema importante – pero yo la quité y le dije que no quería volver a verlo..... ¡Estaba muy enfadada!
Hombre: ¿Y no dejaste que te explicara sus motivos?
Carla: ¿Motivos? ¿Qué motivos podía tener para hacer una cosa así?
Hombre: No sé..... Es posible que no quisiera romper tu mundo infantil..... la magia de tu mundo: ¡Eras muy pequeña para perder las ilusiones!
Carla: ¿Quieres decir que para él era más importante mi felicidad que su dentadura?
Hombre: Seguramente.....
Carla: ¿Por qué?
Hombre: No estoy demasiado seguro..... pero, quizás, porque el único compromiso que realmente es para toda la vida son los hijos..... te guste o no lo que hacen, tienes que estar..... quiero decir, quieres estar..... te necesiten o no.
Carla: Pero yo no soy hija suya.
Hombre: No sé qué les ha pasado a tus padres pero, por lo que me has explicado, me ha parecido que sólo vives con él, ¿no?
Carla: Sí.
Hombre: Así en algún momento, él te aceptó como hija, aceptó el compromiso.....
Carla: ¿Para toda la vida?..... Supongo que es por eso que, aunque no lo veo, me sigue cuidando: La mesa preparada, el fuego encendido, los cuentos cerca de la cama.....
La niña cogió el clip y se lo puso: “Este clip me lo trajo el ratoncito..... El abuelo siempre quería que me lo pusiera a la hora de comer o de leer, porque con el flequillo en los ojos no se pueden hacer bien estas cosas..... ¡Y porque con él estaba muy guapa!.....”
Se miró al espejo, se colocó bien el clip y dijo:
Carla: Abuelo, es hora de cenar.
Abuelo: Pues va, pon la mesa – y mirando al hombre dijo - ¿Usted se queda a cenar?
Hombre: No, gracias, creo que ahora debo..... quiero marchar..... ya vendré otro día.
Carla: ¿Mañana?
Hombre: ¡Perfecto! Hasta mañana, pues.
Antes de cruzar la puerta escuchó:
Abuelo: Carla, ¡estás muy guapa con ese clip!
Carla: ¡Gracias! Tú también estás muy guapo con tus dientes.
Abuelo: ¡Gracias! ¡Buen provecho!
Cuando llegó a la sala no había nadie, así que aprovechó para dormir un ratito..... ¡Se encontraba bien! Había marchado de la casa porque quería marchar y, al día siguiente, volvería porque quería volver.

sábado, 29 de enero de 2011

El disfraz (C)

Un calcetín en cada mano
y un guante en cada pie
.....quería aprender a caminar
haciendo el pino
.....pero no sabía qué hacer con el sombrero
y pasó de hacerlo.
Después dejó de escribir e imaginó a Sabina encima de un escenario lleno de atléticos bailarines.
Más tarde soñó que el chico de la pizzería vendía sandía a la gente que bajaba de la montaña rusa.
Por la mañana alguien llamó desde el trabajo para decirle que no hacía falta que fuese a trabajar..... Se había esforzado tanto durante las últimas semanas que podía disfrutar de unos días de fiesta.
Volvió a la cama y soñó que un elefante azul con orejas rosas le pedía que diese una conferencia a su manada..... Aceptó.
Al día siguiente, mientras preparaba la conferencia – “Incidencia del teléfono móvil en las costumbres sociales de los elefantes nacidos en cautividad” – pensó que lo mejor sería pasar unos días de convivencia con los elefantes del zoológico.
Dejó los libros y los apuntes y dedicó unas horas a la confección del disfraz.
Tengo que reconocer que el disfraz le quedó casi perfecto: el tacto y el color de la piel, la medida de las orejas, los pelos de la cola, el peso de las patas.....
.....Casi perfecto..... pero él quería estar perfecto, no casi perfecto..... Se miró 19 veces al espejo (en todas las posturas)..... ¡No! Había alguna cosa que no acababa de convencerlo.....
Finalmente descubrió lo que pasaba..... y solucionó el problema..... Es decir, se fue al bar que había en la calle de su casa y cuando salió – pasadas y par de horas – ¡¡llevaba la trompa perfecta!!

.....Puso el despertador a las 4.00 a.m., quería llegar al zoológico antes de que se despertasen los elefantes.
Sonó la alarma. Se despertó. Se sentó en la cama..... y, entonces, se dio cuenta: La trompa había desaparecido..... donde antes había una trompa perfecta, ahora quedaba una resaca insoportable..... una resaca que le estropeó todo el disfraz.
.....Quería un disfraz perfecto, no casi perfecto.....

miércoles, 26 de enero de 2011

Hoy será un día sano (H/P)

Advertimos que: La ingesta continuada de pensamientos que producen malestar, mala leche y/o “cabreamiento” crónico con uno mismo, pueden producir dependencia y ser causa de trastornos de la personalidad y controversias laborales que pueden llevar a estados de dejadez y/o euforia descontrolada que, a la larga, pueden desembocar en enfermedades crónicas de malestar, mala leche y “cabreamiento” continuado que pueden producir dependencia y ser causa de trastornos de la personalidad y controversias.....
Los hermanos gemelos Jo y Derse Caibrón, son los autores del paradigma descrito en el párrafo anterior. La teoría del “Circulo vicioso eufórico dependiente” es una de las 143 afirmaciones papistas que los hermanos Caibrón analizan a lo largo de las 456092 páginas de la tesis doctoral que, conjuntamente, han publicado bajo el nombre “Controversias históricas de un mundo decadente que avanza hacia el caos y la deforestación intestinal: Debemos comer más yogures y menos McDonald’s”.
Los detractores de la tesis – mayoritariamente empresarios del sector de comida rápida – han llevado sus quejas al Tribunal Constitucional, el cual hace pública su abstención en lo referente a los límites morales de los hermanos Caibrón, pero alegando que éstos actúan dentro de la legalidad.
B. Posa’tBé

lunes, 24 de enero de 2011

El laberinto (8)

.....Bloqueo..... Cansancio..... Bloqueo.....

DOS PUERTAS
.....Seguía bloqueado..... Entre dos puertas.....
Golpeó con todas sus fuerzas la pared que lo rodeaba..... se dio cuenta que no era una pared sino un muro..... se dio cuenta que no eran ladrillos sino sentimientos.....
Intentó razonar, en otras ocasiones los razonamientos lógicos habían sido una buena defensa  (o un buen ataque) contra los efectos arrasadores de los sentimientos.
Intentó razonar..... pero no encontró la lógica por ningún sitio.
Estaba tan agotado que se volvió a dormir.
Soñó con el perro..... Soñó que el perro lanzaba la moneda..... la vio flotar en el aire..... mientras subía daba vueltas sobre ella misma..... Iba subiendo, subía..... subió durante unos minutos y desapareció entre las estrellas.....
Cuando despertó todavía recordaba el sueño..... ¿Qué quería decir?..... Entonces recordó las palabras de la bruja: “Las cosas pueden tener un significado o carecer de él”.....
Intentó olvidarse del sueño, miró las dos puertas y llegó a la misma conclusión que antes: la única manera de salir de aquella habitación era tomar una decisión.....
Miró las dos puertas, la del restaurante y la del laberinto..... Dijo: “No quiero escoger una puerta, ¡quiero cruzar las dos!”
Caminó hacia las puertas, despacio, y al mirarlas de cerca se dio cuenta que no eran dos puertas..... sino una puerta con dos alas: las empujó con fuerza y apareció la sala de las puertas..... Había una mujer haciendo la limpieza.....

LA CUARTA PUERTA
Al ver a la mujer sonrió..... después rió, fuerte, muy fuerte, quería que cada célula de su cuerpo se diera cuenta de que estaba riendo.
Al oír la risa, la mujer dejó la escoba y fue a darle un beso..... Lo miró sonriendo y dijo: “Estoy contenta de verte, ¡me gusta que hayas vuelto!”
Se sentaron en el suelo y hablaron:
Hombre: ¿Cómo conseguiste este trabajo?
Mujer: Puse un anuncio en el periódico, un par de días más tarde la bruja vino a verme.
Hombre: ¿Y te dijo que era una bruja?
Mujer: Sí.
Hombre: Y así y todo ¿aceptaste el trabajo?
Mujer: Me era igual qué o quién fuera..... ¡necesitaba el trabajo!
Mientras hablaban las puertas se abrían y se cerraban. Había personas que entraban y personas que salían. Saludaban. Algunos se sentaban en el suelo y miraban las puertas, otros hablaban entre ellos, o comían, o dormían..... Una niña, de unos doce años, cruzó la sala y entró por la puerta número 5, justo en el umbral de la puerta le cayó algo del bolsillo, no se dio cuenta, así que el hombre se levantó y fue hacia la puerta, cogió el objeto del suelo y vio que era un clip del cabello..... La llamó: “¡Ey! Que te ha caído un clip!”. La niña no lo oyó y siguió hacia delante.
La mujer dijo: “Se llama Carla”. Entonces la siguió: “Carla, que te ha caído un clip”. La niña se giró:
Carla: ¡Gracias!
Hombre: De nada. ¿Qué haces en el laberinto?
Carla: ¿Qué haces tú?
Hombre: Yo he preguntado primero.
Carla: Ya lo sé que has preguntado primero..... ¿y?
Hombre: No sé.....
Se miran.
Carla: ¿Qué haces en el laberinto?
Hombre: ¿Qué haces tú?
Carla: Tú has preguntado primero.
Hombre: Sí, primero yo he preguntado primero y, después, tú has preguntado primero.....
Carla: Muy bien, así si alguien quiere contestar que conteste y si no que no conteste nadie..... ¿vale?
Hombre: Vale.
Detrás de la puerta número 5 había una casa: Para el hombre había una casa..... para la niña también:
Carla: ¡Bienvenido a mi casa!
Hombre: ¡Gracias! ¿Tú vives aquí?
Carla: Sí.
Hombre: ¿Dónde está tu familia?
Carla: ¿Quieres decir, mi abuelo?
Hombre: No lo sé..... ¿Vives con tu abuelo?
Carla: Creo que sí.
Hombre: ¿Crees?.....
Carla: Bueno, vivimos en la misma casa..... pero hace tiempo que no lo veo.
Hombre: Pero esta casa no es demasiado grande..... más bien, es muy pequeña.
Carla: Es muy pequeña y muy pobre..... es tan pobre que ni siquiera entran los ratones..... porque no hay nada para comer.
Hombre: ¿Ratones?
Carla: Sí, mi abuelo siempre lo decía..... Pero un día, cuando yo tenía cuatro años, a un vecino que tenía seis se le cayó un diente, lo dejó debajo de la almohada y un ratoncito se lo llevó y, a cambio, le dejó dos chocolatinas y un cepillo de dientes. Entonces supe que existía un ratoncito que no iba a las casas a comer, sino a dejar cosas..... Éramos pobres, hacía dos días que sólo comíamos pan duro..... Yo pensé que le podía dar una sorpresa al abuelo..... y que él se pondría muy contento..... pero no fue así.
Hombre: ¿Cuál era la sorpresa?
Continuará.....

viernes, 21 de enero de 2011

¿El cartero siempre llama dos veces? (C)

Decían que el cartero siempre llamaba dos veces.....
Hace tiempo de eso y, hace tiempo también, que los niños de mi generación fantaseábamos con las posibilidades que se escondían detrás del nuevo siglo: ¡El año 2000!... Todo un reto.
Nos hicimos una idea demasiado errónea de lo que pasaría en el año 2000..... Nos equivocamos mucho, por suerte.
A veces acertamos el concepto, pero no la forma, como es el caso de los ordenadores domésticos (que empezaban a aparecer en alguna casa y en alguna que otra película).
¡Los ordenadores! Nos imaginamos todas las viviendas llenas de grandes máquinas que nos facilitarían la vida e, incluso, la posibilidad de una locura informática que culminaría con el control de la máquina sobre el ser humano..... Nos equivocamos en la forma: no son máquinas grandes, son pequeñas..... ¿Nos equivocamos en el concepto?
Otras veces acertamos la forma, pero no el concepto, como es el caso de los medios de comunicación de masas: La radio, que para nosotros era una cosa que siempre había existido (había anécdotas muy antiguas); la televisión, que ya la teníamos en casa o, por lo menos, conocíamos a alguien que la tenía; los vecinos cotillas, que han existido y existirán siempre..... Es cierto que no habíamos pensado que dejarían de existir en el año 2000, pero tampoco habíamos pensado lo contrario: simplemente no pensamos en ellos (¿Es posible estar al día de lo que pasa a nuestro alrededor sin la mediación del cotilla de turno?).
¡Los medios de comunicación! Una buena radio y una buena televisión (en color, claro) en todas las casas. Acertamos más o menos la forma (una o más por casa o habitación, con un diseño que podríamos llamar familiar). Pero, me parece (opinión personal), que no acertamos el concepto: ¿Realmente comunican?
¡Hombre!, bien mirado, quizás si que comunican..... lo que pasa es que, quizás, yo me había imaginado una comunicación con más calidad y, actualmente, tengo la sensación de que lo que hago es escuchar al cotilla de turno de la comunidad de vecinos mundial..... Es una opinión personal y, posiblemente, excesivamente individualista, porque la audiencia no es poca.
En ocasiones no acertamos ni la forma ni el concepto, como es el caso de la ropa y los alimentos. Por suerte, en estos temas, no acertamos ni por casualidad: Ni utilizamos diariamente ropa de lycra muy ajustada ni nos tragamos una pastilla con gusto de paella a la hora de comer..... a veces, nos tragamos cosas peores pero, por lo menos, masticamos durante un rato.
Una cosa que nos preocupaba bastante en la década de los 70 era la edad: En el año 2000 seríamos viejos, tan viejos como nuestros padres..... Y, ya ves, los hay que todavía viven con sus padres (en aquel tiempo solo eran padres, ahora son padres/madres, niños/as o hijos/as); los hay que han vuelto a casa de sus padres (con los hijos); otros han intensificado – de una manera insospechada – la convivencia con padres y suegros..... ¡Sí!, la Gran Era Tecnológica no sería sostenible sin la existencia de los “abuelos-canguros”.
Pues sí, acertamos la edad que tendríamos, se trataba de un simple cálculo matemático. Pero, quizás, no pensamos que tener los mismos años que nuestros padres implicaría, en muchos casos, ser padres..... Pero eso era igual, porque las escuelas, los profesores de carne y huesos y, por tanto, el gasto económico de principio de curso, no existirían: Todo estaría dentro de un ordenador, es decir, habría un horario flexible, una libertad horaria que aboliría la condena del eterno madrugar.
.....Era un juego, un juego de imaginación libre que se desarrollaba y enraizaba dentro del régimen franquista..... ¿Era un intento de huir de la realidad?
Y – envolviendo el juego evolucionista de la imaginación tecnológica – la canción protesta y los gritos de “haz el amor y no la guerra” se abrían paso en una sociedad que respetaba la guerra y prohibía el amor.....
Fuimos creciendo y, chino-chano, llegó el año 2000..... Podía haber llegado como cualquier otro año (1987, 1999) pero, ¡hostias!, nos lo habíamos currado mucho de pequeños, no podía ser tan fácil, tenía que pasar algo..... Y –¡pensado y hecho! – no se sabe bien bien cómo, alguien corrió la voz de alarma: ¡¡La amenaza del efecto 2000..... Con la última uva, el Mundo se sumergiría en el caos total!!  
Los expertos en informática pasaron a ser dioses.....  ¡Hicieron su agosto con el efecto 2000!
En esos días, también se abrió la discusión sobre cuando empezaba el siglo y el milenio..... En este sentido cada uno daba su opinión pero nadie conseguía convencer a nadie. En el año 2001 se acabó la polémica: Todos vivíamos en el mismo siglo y en el mismo milenio.
Y así, ante la simplicidad del año 2000, en comparación con aquello que nos habíamos imaginado, volvemos al título del escrito: “¿El cartero siempre llama dos veces?”..... Porque, seguramente, nadie había imaginado un mundo sin carteros, no sabíamos nada de los e-mails en ese tiempo.....
Tengo que admitir, sin embargo, que la misma oficina de correos apuesta fuerte por las nuevas tecnologías, porque no es que el cartero haya dejado de llamar dos veces sino que a veces no llama durante muchos y muchos días, lo cual hace que acabemos utilizando el correo electrónico, el fax o el mensajero.....

miércoles, 19 de enero de 2011

El delito de la viuda (H/P)

Tengo una vecina, Antonia, que yo diría – por el tiempo que hace que la conozco y las cosas que me ha explicado – que cuando nació ya era viuda y con tres hijos.
Mucha gente me dice que eso es totalmente imposible pero, por poner un ejemplo, os diré que he visto muchas fotos suyas y en todas, incluida la de la primera comunión, aparece ella sola con sus tres hijos... ¡Que cada cual piense lo que quiera!
El caso es que, debido a esta peculiaridad de su vida, Antonia está acostumbrada a buscarse la vida como puede, sin desatender en ningún momento a sus hijos.
En la actualidad tiene 64 años (hace 23 también tenía 64). Se gana la vida limpiando los lavabos de una estación, de dos McDonal’s y del corte inglés. El hijo mayor se jubiló hace una semana, la pequeña se jubila en febrero y lo del medio (no sé si es chico o chica porque nunca sale de su habitación) es aprendiz de brujo.
Me he encontrado con Antonia en la puerta de la comisaría. Estaba triste, con la cara blanca, los ojos húmedos, la mirada perdida, las manos temblorosas...
Cuando me ve, me abraza y me hace prometerle que cuidaré de sus dos pequeños. Después se acerca a un policía y le explica que no puede hacer una declaración escrita porque no sabe escribir... Siguen hablando mientras se alejan. El policía hace una mueca aguantándose la risa, la deja sola y entra en un despacho, unos minutos después dos policías se asoman a la puerta, la miran y se ríen...
Me cabrea que se rían de ella porque no sabe escribir, entro en el despacho y los miro con cara desafiante: “¿Qué, os parece muy gracioso que no sepa escribir?”
El policía que habló con ella me dice que me tranquilice y me explica que Antonia ha ido a denunciar a su hijo mayor por un delito cometido hace 10 días y en el que ella había participado encubriéndolo y borrando las huellas.
Le pregunté cuál era el delito e, intentando aguantar la risa, dijo: “El domingo de la pasada semana, cuando la señora estaba limpiando el lavabo del MacDonal’s, su hijo entró y le preguntó por la camisa blanca, ella le dijo que la plancharía cuando saliera del trabajo. Por lo visto el muchacho tenía prisa y se puso nervioso al saber que no estaba planchada. Discutieron y él – presa de los nervios – encendió un cigarro... Sí, fumó en un establecimiento cerrado, público y con una clientela especialmente infantil y ella, sin pensárselo dos veces, abrió la ventana y echó ambientador para que nadie lo notara.”
Helena

martes, 18 de enero de 2011

Los Reyes y la Crisis (D)

Como muchos ya sabéis, a nosotros los Reyes nos han traído lo que habíamos pedido (la recompensa a nuestro buen comportamiento durante todo el año). El regalo era un Pack de viaje para cada uno, el contenido del cual era el siguiente: Un billete de avión de ida y vuelta, un fantástico fin de semana con casi 80 miembros de la familia García de Sola, unos días divertidos en Cádiz, un maravilloso fin de año en Algodonales con 34 miembros de la familia García de Sola Márquez (no hace falta decir que echamos mucho de menos a Fernando, Yolanda, Andrea y Javier... el único hermano/familia que no pudo venir. Pero bueno, como habíamos pasado 10 días juntos, quedó un poco compensado).
La verdad es que tanto Anna y Jan como yo, nos hemos quedados súper satisfechos con nuestro regalo... Intentaremos portarnos muy bien durante el 2011 para que el año que viene los Reyes sean igual de Magos.
Sin embargo, desgraciadamente, los Reyes no han estado tan acertados en todas las casas... A continuación os transcribo un diálogo que tuvo lugar el 6 de enero de 2011 a las 10 horas, 18 minutos:
Padre: ¡Ala! Ángel, ¡qué libro mas bonito te han traído los Reyes!
Ángel: Sí..... Es de dinosaurios..... pero en la primera hoja pone “Pedro Gutiérrez”.
Padre (buscando una respuesta rápida): Bueno..... a lo mejor se lo iban a traer a tu primo Pedro..... pero después han pensado que no es un libro adecuado para un chaval de 17 años.
Ángel: Pero Pedro ya tiene un libro igual que éste.
Madre: ¡Ah! Así lo que debe haber pasado es que los Reyes se han acordado en el último momento que tu primo ya lo tenía..... y con tanto trabajo se han olvidado de cambiar el nombre..... ¿Pero te gusta o no?
Ángel: Sí..... pero en este libro también está rota la página 6, ¿tú sabes como se llama este dinosaurio?
Madre: A ver..... ¿no es un tyrannosaurus rex?
Ángel: ¡Apa! Mamá, como va a ser un tyrannosaurus rex.
Madre: Bueno, ya lo miraremos después. Mira que muñeca más bonita le han traído a tu hermana.
Ángel: Sí, es igual que la Nancy que tiene guardada tía Isabel, de cuando ella era pequeña.
Padre: ¿Y qué me dices de esta SÚPER caja de juegos reunidos geyper que nos han traído para toda la familia?
Ángel: Yo les había pedido un juego para la play.....
Padre: Pero Ángel, no compares, que en esta caja hay ¡¡30 juegos diferentes!!
Ángel: Pero son juegos muy aburridos...
Padre: ¿Aburridos? Mira, en el parchís, cuando te come a un compañero te cuentas 20, si hay una barrera no puedes pasar.....
Ángel: ¿Y puedes tirar un rayo láser contra la barrera?
Padre: No hombre, no. ¿Como vas a tirar un rayo? Tienes que esperar a que el otro jugador la abra.
Ángel: ¿El otro jugador tiene rayos o súper poderes?
Padre: El otro tiene un dado, igual que tú.
Ángel: ¿y si lanzo el dado explota como una granada?
Padre (un poco desesperado): ¿Y de la oca que me dices, eh? De puente a puente y tiro porque me lleva la corriente.
Ángel: ¿Si te ahogas se acaba el juego, o tienes más de una vida?
Padre: Lo mejor será que echemos unas partiditas los cuatro juntos.
Después de un par de partidas la madre dice:
Madre: Qué, Ángel, te gustan los juegos reunidos, ¿eh?
Ángel: Sí..... pero el juego de la play que quería.....
Madre: Mira, los Reyes además de Magos son Sabios y, por tanto, saben que este tipo de juegos son más sanos, no son agresivos, no te obligan a fijar la mirada en la tele durante tanto tiempo, a parte de la suerte también tienes que utilizar la lógica, puedes ir al lavabo sin tener que poner pausa, puedes seguir jugando cuando no hay luz, se pueden llevar a todas partes..... Pero sobre todo, son buenos porque son para jugar y divertirse en familia.
Ángel: ¿Y jugaremos todos los días?
Madre: Pues claro.
Padre: Ya verás que bien lo vamos a pasar.
Una semana más tarde.....
Padre: Cariño, le he comprado a Ángel el juego de la play que quería.
Madre: ¿Y eso?
Padre: Porque – supongo que soy un mal padre – pero necesito que Ángel se “enganche” a la play durante dos o tres horas diarias.
Madre: ¡Corre, dáselo ya..... que iba a su habitación a buscar la caja de juegos geyper!..... Yo también debo ser una mala madre.....

lunes, 17 de enero de 2011

El laberinto (7)

¡Era todo tan extraño!

Iba a cruzar hacia la otra acera cuando notó que alguien le cogía por el brazo mientras gritaba: “Ey, ¿qué no ha visto la señal de peligro? ¡Esta zona es para las embarcaciones, está prohibida la entrada a los bañistas!

Miró a su alrededor: Ninguna embarcación, ninguna playa..... Estaba en la entrada de un parking, en la rampa de acceso para coches.

Cansado y desorientado (física, psíquica y emocionalmente) pensó que lo mejor sería ir hacia el restaurante.

Diferentes realidades... Las mismas zonas de peligro, pero cada uno viviéndolas desde su realidad (para él coches, para la mujer y para el hombre que le gritaba, embarcaciones)..... ¿Diferentes realidades en un mismo espacio y tiempo?..... ¿O quizás era una ciudad sumergida? ¿Cuando te tocas dentro del agua ¿puedes notar si estás mojado?

Cuando encontró el restaurante se dio cuenta que justo al lado estaba la puerta del laberinto.

Miró las dos puertas. Recordó las palabras de la bruja: “Lo que hay detrás de cada puerta es diferente para cada persona..... y es diferente en cada momento”.

Recordó las palabras de la mujer: “¿y has conseguido salir de todas las puertas?

Pensó: “¿Qué debo hacer: Volver al laberinto o ir al restaurante y reencontrarme con aquella mujer?

Volvió a recordar las palabras de la bruja y la pregunta de la mujer.

Volvió a pensar: “Si cruzo la puerta del laberinto quizás no volveré a ver a la mujer pero, si voy al restaurante, quizás después no encuentre la puerta del laberinto..... ¿Qué debo hacer?”

Estaba indeciso, se repetía la misma pregunta una y otra vez: “¿Qué debo hacer?..... Se hizo tantas veces la misma pregunta que cuando se dio cuenta habían desaparecido las dos puertas.....

Sí, una vez más, había olvidado aquella pregunta tan simple: ¿Qué me gustaría hacer ahora?


NINGUNA PUERTA

Ninguna puerta.....

Se sintió bloqueado..... No podía ir hacia delante..... Ninguna puerta..... No podía ir hacia atrás.....

Sintió cansancio.....

La mujer pasó por su lado sin decirle nada..... Fue hacia el lugar donde había estado la puerta del restaurante, hizo un movimiento con la mano izquierda (como si abriera una puerta) y desapareció.

Pensó en las palabras que la bruja le había dicho al perro: “El tiempo que pases dentro del laberinto depende de uno mismo”. Recordó la pregunta de la mujer: “¿Y has conseguido salir de las dos puertas?”

Miró hacia el lugar donde había desaparecido la mujer. Involuntariamente repitió: “Depende de uno mismo”..... Entonces gritó: “¡¡Quiero salir de aquí!!”..... y en ese momento se dio cuenta que estaba en una habitación con dos puertas..... Las miró y las reconoció: eran las puertas que habían desaparecido, la del restaurante y la del laberinto.....

.....Sólo dos puertas.....

Estaba claro, la única manera de salir de aquella habitación era tomar una decisión..... Sintió el bloqueo..... Sintió el cansancio.....

Se durmió..... Soñó que se pillaba los dedos con una puerta.....

.....Bloqueo..... Cansancio..... Bloqueo.....